martes, 12 de junio de 2012

DAR EJEMPLO

En plena crisis en la que muchos españoles no tienen ni qué comer, sorprenden al rey cazando elefantes con su putilla particular.
El día que anuncian un rescate financiero a España, Rajoy se va a la Eurocopa a ver a España, y encima dice: "Me voy a la Eurocopa después de arreglar la situación."
No se, pero a mí esto me parece un gran chiste de muy mal gusto.
Las 2 personas que se supone que nos "representan" ante el mundo han marcado sus prioridades.
El rey hizo su trabajo en su día, procurarse una buena vida para él y su familia. No os engañeis, los reyes no son democráticos, sólo que cuando ven que la situación social no ofrece otra alternativa y ellos no pueden gobernar, se apresuran a parecer democráticos y liberales y se dan a la buena vida.
Ahora parece que al rey hay que perdonarle todo porque es muy "campechano"......en fin.... 
Otro asunto es el de los políticos, de los que cada vez queda más claro que acceden a puestos políticos para obtener beneficios personales. A la vista está que cuando se retiran de la política todos tienen un puesto garantizado en alguna empresa para seguir sin dar un palo al agua.
¿Dónde quedaron los tiempos en los que ser político era una vocación de servicio al pueblo?
Puto capitalismo.......... 

miércoles, 6 de junio de 2012

Sobran parásitos, faltan gobernantes

La ciudadanía, el pueblo o los sufridores de esta crisis, que somos la mayoría, no nos olvidamos de los políticos. Y no nos olvidamos a pesar de tener ya bastante con la situación que atravesamos económico-social. Ultimamente las redes sociales están dando buena cuenta de ellos, de todos, hasta el último, copio: "En España hay 445.568 políticos, 300.000 políticos más que en Alemania, el doble de políticos que en Italia o Francia". Este sobredimensionamiento de los cargos públicos, acaecido, criado y engordado en aquellas épocas de la burbuja democrática que para quién no lo sepa no es otra cosa que el producto entre a mayor democracia más políticos, empieza a quedar desnuda ante la opinión pública. Y lo que antes parecía un bonito cuadro romántico donde la democracia encarnada en una moza libre y diligente rodeada de bizarras gentes de bien dispuestas a dar progreso al pueblo, ahora se ha tornado en una obscena escena donde una marrana echada amamanta chorrocientos mamoncetes. Por cierto, la marrana ya se parece más a una galga que a un miembro del género porcino. Por supuesto, querido lector, para su desgracia y la mía, ningún partido político se libra de esta culpa. Y en esas estamos: seguimos contemplando cómo los recortes y las subidas han entrado en nuestros hogares para quedarse, sin embargo el establishment y todo lo que lo nutre, sigue intacto en cuanto a magnitud y prerrogativas. Y como resulta que eso de la itinerancia, es decir, estar en política un tiempo, aquí en España es para toda la vida, pues eso, que el problema tiene vocación de crónico. Pero en política existe una máxima que ha corroborado hasta la saciedad la historia: que los políticos que no escuchan al pueblo son aquéllos que cimientan las revoluciones: aquí, por lo pronto, las redes sociales han hablado y están que trinan: sobran políticos.

domingo, 3 de junio de 2012

¿Demasiados municipios?

¿Tenemos demasiados municipios en España? Y si es así, ¿cuántos sobran?


En España contamos hoy con 8.114 municipios, de acuerdo a las estadísticas oficiales del INE. De esta cifra total, la friolera del 60% son municipios de 1.000 habitantes o menos -un total de 4.862- y en 1.058 de ellos la cifra de habitantes no supera las 100 personas. De acuerdo con esta distribución tan particular, nos encontramos con que la inmensa mayoría de la población española se concentra en el resto de municipios más grandes. Y como consecuencia, este 60% de los municipios españoles de menos de 1.000 habitantes acumula solamente el 3,19% de la población total española.
Sin embargo, esta distribución no es una razón por sí sola para abogar por la reducción de municipios. Cabe la posibilidad teórica de que tengamos muchos, que sean muy pequeños y que esto no generase ningún problema de eficiencia en la gestión. Sin embargo, la realidad no es así: contar con una estructura tan atomizada no es eficiente en términos económicos.

Ineficacia vinculada a población

Los economistas conocemos la vinculación entre los conceptos de tamaño del mercado y eficiencia, así que no voy a explicar esta relación, hoy día ya bastante obvia. En estos municipios pequeños la ineficiencia vinculada a su escasa población afecta de manera notable de varias maneras.
Para empezar, no pueden permitirse un equipo de gestión profesional, ya que no hay recursos para pagarles. Por ello, en una gran parte de los ayuntamientos españoles los alcaldes y concejales ejercen sus funciones de manera amateur y a tiempo parcial, ya que tienen que ganarse la vida y, luego, dedicarse a los asuntos municipales.
Esta gestión, seguro que muy bienintencionada, no parece muy eficiente, sobre todo si tenemos en cuenta el desconocimiento que estos gestores pueden tener de asuntos de gran importancia para el municipio.
Otro asunto, que no agota la larga lista de ineficiencias, es el del encarecimiento en la provisión de servicios públicos a los ciudadanos que supone el tener que proveerlos de manera tan atomizada.
Aunque las mancomunidades tratan de limitar este problema, la realidad es que el coste de contratar servicios de recogidas de basura, mantenimiento de jardines, alumbrado, etc. es muy superior en 100 municipios de 1.000 habitantes que en uno de 100.000, por ejemplo. Asimismo, determinados gastos de los consistorios (teléfono, seguros, etc.) negociados de manera atomizada también resultan más caros, y al final esto repercute en el bolsillo de los contribuyentes.

Suecia y Dinamarca como ejemplos

Pero, siendo realistas, ¿es posible reducir de manera importante el número de municipios? La evidencia internacional ofrece numerosos ejemplos de países que han optado por este camino como una forma de racionalizar y mejorar la eficiencia de la gestión de los servicios públicos.
Así, en 2007 Dinamarca redujo la cifra de sus municipios desde 271 a 98; y Suecia, en el período comprendido entre 1950 y 1974 pasó de 2.281 municipios a 278. Por último, otra evidencia de la racionalidad en el gasto que supone este proceso de concentración la encontramos recientemente en Grecia, que como consecuencia de la intervención económica en 2010 se ha visto obligada a disminuir su número de municipios de 1.034 a 355. 

 

¿ Es esta la solución?